miércoles, junio 07, 2006

“ALEBRIJES DE OCASIÓN”


Me encanta la música. Y adoro (como todas las mujeres) las palabras lindas. Pero en mi muy particular caso, tengo mis favoritas peeero no se trata de las típicas y cursis, si no las que yo considero “musicales” o agradables, por simpáticas o juguetonas.

Desde pequeña, escribía cuentos, ensayos, poemas, y jugaba a cambiar ciertas letras de las palabras, les inventaba nombres nuevos a algunas cosas. ¿por qué llamar precisamente así y no de otra manera a los objetos? Me cuestionaba y me divertía mezclando cual alebrijes algunas palabras. Hoy solo me divierten.

Por alguna extraña razón, me costaba mucho trabajo acentuar al pronunciar algunas palabras esdrújulas, hasta que mi abuela me enseñó una canción muy larga y simpática a base de esdrújulas y santo remedio. A ella le debo el conocer los nombres de la mayoría de las flores y de muchas plantas, pues desde entonces tengo la costumbre de preguntar e investigar el nombre cuando no conozco una flor. Siempre me decía que el castellano es un idioma precioso, riquísimo, muy vasto.

Hace poco se convocó vía internet, a una votación para determinar que palabras les gustaban más a los hispanoparlantes. Pero creo que no se entendió correctamente la intención. Pienso que no se trataba de elegir a una palabra por su axiología, su semántica o aquello con que se relacionaba, si no per se, por ser una palabra hermosa.


Como era de imaginarse, entre las palabras rosas y coronadas como reinas de la belleza; se encontraba “amor” “madre” “luna”, etc.

Si me hubiesen preguntado a mí, hubiese respondido que entre las palabras hermosas, se encuentran: agapando (por su origen) azul, (por la suavidad) libélula (por musical) alebrije (por su sonido) ó colibrí (musical), etc.

Entre mi lista de palabras consentidas, (aunque no todas sean en castellano) están:


-Gárgola, Cracovia, Ucrania, incógnito, cogollo, cocona, vichysoise, escuálida, gualdra, pericoloso, friso, daquoise, pichis, barroco, gótica, y etc. Sé que es una enorme simpleza de mi parte, pero al oírlas, me arrancan una sonrisa y creo que eso se agradece siempre.

Por el momento hasta aquí escribo, o me voy a quedar sin más palabras.


ANDREA